Durante los meses de crecimiento del bebé dentro del vientre de la madre, el tacto es uno de los primeros sentidos en desarrollarse; teniendo en cuenta el tiempo que ha pasado dentro de un ambiente cálido, con la piel en contacto continuo con las paredes del útero y en múltiples ocasiones con la sensación de estas “acariciado” ya por su madres, podremos comprender la importancia del contacto físico desde antes del nacimiento.